La primera vez que leí la crónica que a continuación les voy a contar me puse a llorar desconsoladamente, se trata de una anécdota sumamente cruda que quiero compartirles obviamente no para que sufran sino para que a la problematica actual del paìs se le tome desde sus verdaderas dimensiones, aquí les va:
El autobús ADO hacia su parada en San Fernando, con destino a Reynosa. Dos personas bajaron en la terminal y subieron cuatro para completar un total de quince pasajeros. El autobús reanudo su marcha a las
8:30 del viernes 25 de Marzo del 2011. Avanzo rápidamente para evitar a los delincuentes que todo mundo sabe que operan en la ciudad. Ninguno de los pasajeros sabia que ya los esperaban y que, para la mayoría esa seria la ultima noche de sus vidas.
A las calles de San Fernando las vacía el miedo a las seis de la tarde. Al caer la noche es como un pueblo fantasma. Nadie sale de sus casas por el miedo a los Zetas. Esporádicamente circulan por las calles lujosas camionetas.
A las calles de San Fernando las vacía el miedo a las seis de la tarde. Al caer la noche es como un pueblo fantasma. Nadie sale de sus casas por el miedo a los Zetas. Esporádicamente circulan por las calles lujosas camionetas.
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